Mírenlo. Mírenlo bien.
Jack quizás sea el personaje más hermoso de toda la carrera de
Philip Seymour Hoffman, la clase de papel para el que los
productores -clásicos o no- probablemente nunca lo convocarían. Por eso el actor
decidió dirigirse a sí mismo y perpetrar en la pantalla el personaje
que ya había encarnado en la versión teatral de Jack goes boating.
Porque él realmente hizo de todo en el cine pero nunca había interpretado a un ser tan adorable como Jack, un osito al que dan ganas
de abrazar en esta película tan amena y modesta como fecunda en
pequeñas e inolvidables epifanías. Recuerdo lo que pensé mientras
veía Jack goes boating hace unos meses: es una película sobre la paciencia. Y hoy
no hay muchas películas así, mucho menos si hablamos de una comedia romántica, en
donde se supone que la seducción no puede esperar. En esta historia Jack compensa su
timidez con empeño y constancia, amasando sus atípicas estrategias de conquista con la ayudita imprescindible de un
amigo de oro (la importancia de ese amigo: el otro gran tema
del film). Y no cuento más porque lo mejor es que la vean y comprueben ustedes mismos la dulce sensibilidad que tenía este hombre de ojos tristones que nos acaba de dejar.
Sí... yo también lo voy a extrañar.
Películas con Philip Seymour Hoffman reseñadas en el blog:
Secretos de Estado (The Ides of March)
La duda (Doubt)
Antes que el diablo sepa que estás muerto (Before de Devil knows you're dead)
Cuéntame tu historia (State & Main)
3 comentarios:
Puf! Lo que lo vamos a extrañar! Qué tipo irresistible para mí.
Tengo que ver Jack goes boating.
Y me quedé con muchas muchas ganas de verlo sobre un escenario. Qué suerte que tenemos sus películas, no?
Si, lo vamos a extrañar mucho.
Volveré a sus películas una y otra vez!
Cuesta hablar de él en pasado.
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