sábado, 11 de febrero de 2012

La Emma de Chabrol

En 1991 Claude Chabrol rodó su versión fílmica de Madame Bovary, protagonizada por Isabelle Huppert. Cinco años le llevó al director transformar la novela de Gustave Flaubert en un guión de cine. “Quiero ser escrupulosamente fiel”, dijo Chabrol en el momento del estreno. Y aquí surge la eterna pregunta al hablar de adaptaciones: ¿cómo medir la fidelidad entre dos medios expresivos tan diferentes? El director de El bello Sergio ensaya aquí una respuesta.

Por Claude Chabrol *

“Buena parte del perfeccionismo de Flaubert puede, de un modo muy práctico, ser directamente transferido al film. Por otra parte uno debe tratar de encontrar los equivalentes visuales para su modo de escribir, que está hecho de la acumulación de elaborados detalles. El sonido de un pájaro específico está subrayado en la escritura pero, visualmente, basta con ponerlo allí.

Esta acumulación que Flaubert logra con pequeños toques yo debo hacerla a través de la síntesis. Casi caí en la trampa de subrayar detalles. Por ejemplo, si Flaubert describe una escena en un interior a través de un objeto que está sobre la mesa, sería un error hacer un primer plano de ese objeto. Entonces lo que hicimos fue poner todo lo que describía en el decorado, sin subrayarlo. Está en la toma pero ustedes tendrán que encontrarlo. Hay tantos detalles en el libro que podríamos haber hecho el film enteramente con naturalezas muertas.

Madame Bovary es un libro muy moderno. Me maravilló el personaje de Emma y su estupidez. Pero lo más maravilloso de Emma Bovary es su deseo consciente de encontrar un modo de salir de esa mediocre estupidez. Eso es lo que la hace tan atractiva y tan moderna. Para Flaubert el hombre no es inteligente. Es estúpido, con pequeños toques de inteligencia que lo hacen muy conmovedor.”

* Fragmento de un texto publicado en 1991 por American Film, reproducido en la revista Film N°7 (Abril/Mayo de 1994)

2 comentarios:

Blanca Santome dijo...

Dificil la tarea de ser fiel a un libro y mas aun la de llevarnos a los mismo lugares que el nos transporta.
Creo que nunca escuche a ninguna persona decir "Me gusto mas la pelicula que el libro", creo que el motivo es que para nosotros no hay mejor creador que nuestra propia imaginacion.
Excelente la refleccion y suma una pelicula mas a mi lista de pendientes.
Saludos!

Caro dijo...

Hola, Blanca,

Es cierto lo que decís. Ante una novela cada uno se hace su "propia película". También es verdad que un Hitchcock supo hacer grandes películas a partir de novelas que trascedenieron poco. El tema de la fidelidad me parece rico para charlar. A la hora de adaptar puede haber "tentaciones", como dice Chabrol, que hay que saber controlar. ¿Se puede hallar el punto justo ante la empresa de cambiar de código y a la vez ser fiel?

Y no hay que olvidar que el clasicismo del cine se basó en gran parte en estrategias propias de la novela decimonónica, y "Madame Bovary" es un ejemplo perfecto para pensar esa herencia. Por eso me pareció piola citarlo.

Un abrazo.