miércoles, 27 de mayo de 2020

Estar en mis ojos


"Aprender a mirar los ojos, a mirar lentamente, profundamente, aprender a escuchar con los ojos. Nadie puede soportar la interrogación del silencio, se ha escrito. Nadie puede soportar la interrogación de los ojos. Los ojos nos descubren y nos encubren. Cuánto tiempo tarda un hombre en ser dueño de sus ojos, cuánto tiempo he tardado yo en habitar mis ojos, vivir en ellos, poblarlos. Porque generalmente huimos la región de los ojos, demasiado clara, y nos agazapamos en los sótanos del cuerpo. Hay que irse a vivir a los ojos como a lo alto de la claraboya, a las claras buhardillas de la casa, a los cielos del cuerpo. Estar en mis ojos para que se me vea y para ver."

Francisco Umbral
(Fragmento de su libro "Mortal y rosa")

En la imagen: Moonlight, de Barry Jenkins.

sábado, 23 de mayo de 2020

El después


"Tal vez la eternidad sea despertar de una siesta bien dormida con los ojos entregados al asombro...."

Leonardo Favio
(Revista Ñ - 07/04/08)


viernes, 22 de mayo de 2020

Los paranoicos, de Gabriel Medina


Bailar solo. Eso hace Luciano Gauna (Daniel Hendler) durante la noche en su departamento. Se fuma un porro, se queda casi a oscuras, pone a todo volumen una música furiosa… y baila con eléctrica belleza. Algo cercano a lo alucinante se condensa en esa escena: ese muchacho al que creíamos un pusilánime necesita encerrarse para liberarse y brillar.

Nadie lo ve bailar, claro. Porque Gauna está solo. Es un ser plomizo, dubitativo, limitado. No es falta de talento lo que vuelve tan retraído. Es lisa y llana inseguridad. Si le preguntan qué hace, él dice que está “escribiendo un guión”, pero es poco y nada lo que tiene resuelto. Se gana unos pesos como animador de fiestas infantiles, disfrazándose de un muñecote violeta con rasgos alienígenas al que los chicos conocen como “Cachito”. Vive de prestado en un departamento que en otro tiempo perteneció a la abuela de su histórico amigo Manuel. Y es justamente el inesperado arribo de Manuel lo que desatará el conflicto en Los paranoicos.

A diferencia del taciturno Gauna, Manuel (Walter Jakob) es un joven de paso firme que ya fue y vino muchas veces. Tiene una carrera exitosa en España como productor de cine y televisión. Tiene una novia llamada Sofía (Jazmín Stuart), una mujer hermosa que por una de esas vueltas del destino debe instalarse unos días en la casa de Gauna. Favores entre amigos. Cosas que pasan.

Debut en el largometraje de Gabriel Medina, Los paranoicos es una comedia de coloraciones amargas, con una factura cuidada y un relato disfrutable puntuado esporádicamente por cierta languidez (tono que resulta inevitable dado el perfil dramático del protagonista). La crítica local señalizó con acierto los rastros en esta película del cine de Martín Reijtman y Juan Villegas, además de las semejanzas que presenta Gauna con el maníaco-depresivo que interpretó Adam Sandler en Embriagado de Amor (Punch-Drunk Love), de Paul Thomas Anderson. Pero más allá de los guiños o las carencias (como el papel de Stuart, al que le falta espesor), Los paranoicos se destaca por una puesta en escena inteligente consagrada a la fina construcción del personaje central.



En una entrevista publicada en la revista El Amante, el director del film dice que “hay mucho en el lenguaje físico como expresión de la psicología, en el hecho de que Gauna no pueda mirar a los ojos, en esa energía contenida bajo un disfraz de tipo introspectivo”. Es precisamente la forma en que la cámara registra el rostro de Hendler, su mirada siempre huidiza, su hablar entrecortado, su pavor, lo que permite al espectador entablar una irreprimible complicidad con la percepción ansiosa del personaje. Portentosos primeros planos, estupenda utilización de la música y una fotografía lúgubre que convierte al departamento común y corriente del protagonista en una cueva personalísima y enigmática, un espacio que nos cuesta abandonar una vez terminada la proyección.

Hay algo en Gauna que lo hace inolvidable. Él sabe que es un cobarde. Hasta que le llega la hora de actuar. La película narra ese instante con toda la euforia que un cuerpo es capaz de aplacar durante años. De fondo, una Buenas Aires húmeda y desierta. Esa ciudad que es única y es nuestra.



Los paranoicos se puede ver en YouTube

miércoles, 20 de mayo de 2020

Intuición

 
"Los que cambian el mundo no son los que tienen mucho amor propio, sino los hombres y mujeres que están preparados para hacer el ridículo."

P. D. James, en su novela "Hijos de los Hombres".

En la imagen: el gran Jasper (Michael Caine) en el film Children of Men, de Alfonso Cuarón.

lunes, 18 de mayo de 2020

Refugio


"...ahora pienso que la sala de un cinematógrafo es el lugar que yo elegiría para esperar el fin del mundo."

Adolfo Bioy Casares (en su relato "Amores imposibles")

La imagen pertenece a Take Shelter, notable film de Jeff Nichols.

sábado, 16 de mayo de 2020

Un movimiento de afectividad



Por Franco Berardi*

“La conexión es una relación con el otro que puede ser funcional pero no tiene la sutileza que pertenece a la conjunción, al contacto ambiguo e insinuante, a la palabra que siempre está abierta a nuevas interpretaciones y nuevas evoluciones. Claro que la epidemia instala un problema muy profundo de deserotización de la relación social y de desrealización de la experiencia. Hemos aprendido a hacer casi todo online pero no todo se puede y creo que a nivel antropológico, psíquico, y también político mucho se jugará a nivel de lo que no puede ser reducido a la conexión. (...)

“Deberíamos discutir este problema desde un punto de vista psicoanalítico y poético. Pero pienso que se puede producir también un efecto contrario. Es decir, que el encanto de la virtualización podría romperse y un movimiento poderoso de acercamiento y de afectividad podría manifestarse, porque la dimensión online se volverá el recuerdo de una época angustiosa, como un síntoma de la enfermedad. Veo el espacio de un verdadero movimiento cultural, estético y social.”

*Fragmentos de una entrevista publicada en el diario “Clarín” (16/05/20)

En la imagen: In the mood for love, de Wong Kar-wai

viernes, 15 de mayo de 2020

Sin ningún amo


"Eres libre para ir adonde quieras. Vete, entonces. Alcanza esa libertad sin tierra y... buena suerte. Pues si descubres una forma de vivir sin servir a ningún amo, sea cual fuere, cuéntanos a los demás cómo lo lograste. Pues serías el primero en la historia del mundo".

Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), en el film The Master, de Paul Thomas Anderson

jueves, 14 de mayo de 2020

Jaulas


“No se puede sobornar a la infelicidad con pastillas”.

Es Marion Crane (Janet Leigh) quien pronuncia esta brillante línea de diálogo, durante la segunda secuencia de Psicosis (Psycho, 1960). Desde que la muchacha llega a la oficina, esa mañana, dice sentir un persistente dolor de cabeza, por lo cual su compañera le propone tomar unas pastillas. Ojo que no son aspirinas sino “tranquilizantes” recomendados por un especialista. Pero Marion sabe que su angustia no se aplacará con unos comprimidos y un vaso de agua. Su angustia, la de su amante, la de tantos millones, surge por no tener el dinero suficiente para vivir un poquito mejor. Pero entonces… ¿qué significaría "vivir mejor"?

Hay mucha melancolía en Alfred Hitchcock. Mucha soledad. No fue un genio solamente por la forma en que exploró, expandió y enriqueció el lenguaje del cine. Hitchcock fue inmenso porque jamás olvidó que el miedo más atroz proviene del mero hecho de existir. Estamos en peligro desde que empezamos a respirar.

A veces imagino un mundo futuro en donde el cine será un arte perimido. En ese futuro ya nadie tendrá palpitaciones. Los nervios estarán regulados por ansiolíticos que se aplicarán a los bebés como si fueran vacunas. La genética habrá constituido un sujeto que sólo responderá a estímulos publicitarios. En ese hipotético planeta, mirar una película será como asistir a una excavación arqueológica. Los científicos buscarán documentos sobre la subjetividad de nuestra época. Cuando lleguen a la disección de Psicosis, no importarán tanto las imágenes hoy emblemáticas, como la escena de la ducha, la caída de Arbogast, el torso desnudo de John Gavin, el rostro tenso de Leigh al volante, el auto en el pantano, la mansión gótica, el cadáver reseco en el sótano…

Lo que perdurará será otra cosa. Los historiadores necesitarán comprender por qué la ciencia terminaría transformando al sujeto en un ser menos complicado, sin rastros de autocrítica ni de "locura". Encontrarán la explicación en los relatos antiguos, cuando los humanos todavía denunciaban el dolor de la existencia, cuando asumían la dureza de sus jaulas pero, al mismo tiempo, deseaban escapar y pedían auxilio a través del arte.

Lo que quedará de Psicosis como pieza de museo será la conversación que sostienen Norman Bates (Anthony Perkins) y Marion en esa sala del hotel plagada de pájaros embalsamados. Dice Norman: “Todos tenemos nuestra 'trampa' privada. Estamos atrapados en ellas y ninguno de nosotros puede liberarse. Arañamos y rascamos... pero sólo contra el aire, sólo contra nosotros mismos. Y a pesar de todo eso, no nos movemos un solo centímetro”.




Texto publicado en junio de 2010

miércoles, 13 de mayo de 2020

Lonely people


"El mundo está lleno de gente solitaria 
temerosa de dar el primer paso".

Lo dice Tony Lip (Viggo Mortensen) en Green Book, una buena película que muchos colocaron apresuradamente en el cómodo cajón de la "corrección política". La película de Peter Farrelly es más sutil y honesta de lo que muchos quieren creer.

martes, 12 de mayo de 2020

Prevención


"Yo desconfío de los que nunca dudan."

Bernardo Carman (Luis Medina Castro) 
en el film Dar de la cara
dirigido por José A. Martínez Suárez

lunes, 11 de mayo de 2020

Deber ser


"Siempre nos adaptamos a lo que dicen los demás, 
aunque estén equivocados".

Gabriele (Marcello Mastroianni), 
en el film Una giornata particolare, de Ettore Scola. 

viernes, 8 de mayo de 2020

Nuevas texturas


Por Jorge Carrión*

“Los mundos creados por las teleseries comienzan in media res, en el momento de crisis (de cambio) en que se inician todos los grandes relatos. No hay introducción. No hay previously on. No hay dramatis personae. El episodio piloto retrata a los personajes profesional y familiarmente, con su máscara (lo que quieren representar) desencajada, súbitamente violentados. Se ofrece tal como es a las pupilas del espectador, mediante cámaras que vacilan sobre el hombro del camarógrafo, en planos que vibran, a través de texturas que parecen sucias, en planos fijos que emulan los de las cámaras de seguridad. (…) Todo se retrata con la misma ilusión de verdad que encontramos en un documental y en el cine que ha incorporado su estética. Porque las teleseries persiguen la creación de un mundo. Sellan desde su inicio un pacto con el telespectador para que éste asuma que lo que está viendo es tan real y tan ficticio como la vida misma. Un mundo paralelo al que relacionarse desde la adicción.”

*Fragmento del estupendo libro “Teleshakespeare. Las series en serio”. (Editorial Interzona, Buenos Aires, 2014) 

Las imágenes pertenecen a Bloodline, una serie de Netflix muy entretenida sobre una familia con algunas cuentas pendientes y diversos problemas a resolver. 

martes, 5 de mayo de 2020

Rostros


Sometimes I feel like a motherless child
Long, long way from my home


(Aquí en la voz de Darius Rucker)

Esta canción, interpretada por Odetta, también se escucha en El evangelio según San Mateo (Il vangelo secondo Matteo), la película más bella de Pier Paolo Pasolini.  

domingo, 3 de mayo de 2020

Lectura recomendada: "Hollywood en Don Torcuato", de Andrés Fevrier

Acaba de publicarse en formato digital un libro muy especial, así que les pido sólo un minuto de su tiempo para contarles algo:

En los años ‘80 ocurrió algo en Argentina que no se volvió a repetir, al menos no con tanta intensidad: se rodaron diez películas a partir de un acuerdo entre la compañía Aries, fundada por Héctor Olivera y Fernando Ayala, y el mítico Roger Corman, productor norteamericano que fue padrino de muchos de los mejores cineastas contemporáneos (Scorsese, Coppola, Cameron y tantos más). Todas esas películas tenían fines abiertamente comerciales: la mayoría son rarezas absolutas hoy poco recordadas, salvo quizás por los fanáticos del “cine de culto”.
 
Pero “Hollywood en Don Torcuato” es un libro que vale la pena leer aun cuando nunca te hayas cruzado con alguna de estas películas. En primer lugar porque la investigación periodística a cargo de Andrés Fevrier es de esas que ya casi no existen: aunque desconozcamos por completo el tema, es la propia organización del material la que va construyendo en nuestra mente un mural lleno de detalles. Hay un gran trabajo de archivo, excelentes fotografías y muchas entrevistas que aportan datos y anécdotas riquísimas (hablan el propio Olivera, José Pablo Feinmann, Alberto Lecchi), y todo está narrado con un estilo tan riguroso como ameno. Pero por sobre todas las cosas, transitar este libro implica adentrarse en el corazón de la maquinaria del cine clase B y descubrir hasta qué punto la sociedad Corman-Olivera representó una posibilidad de trabajo, entrenamiento y maduración en el oficio para muchos artistas y técnicos argentinos. Es todo un capítulo en la historia de la industria del cine nacional que nunca había sido explorado con la profundidad que merecía. Hasta ahora.
 
Muchos de ustedes, sobre aquellos que alguna vez asistieron a mis cursos de cine, lo conocen a Andrés. Este libro necesita toda la difusión que puedan hacer. Por favor compartan esta publicación si conocen a personas que podrían estar interesadas (es un material particularmente atractivo para estudiantes de cine o para quienes estén vinculados a la realización de películas). En este enlace encontrarán el PDF para descargarlo de forma gratuita. ¡Gracias!