"¿Tanto lío para terminar aflojando?"
García (Julio de Grazia)
No habrá más penas ni olvido
(Héctor Olivera, 1983)
Para el
mes de julio Malba Cine tiene programado el estreno del último
trabajo del realizador Gustavo Fontán, El rostro, junto a la
exhibición de otros tres títulos del director: El árbol, Elegía
de abril y La casa. Fontán es uno de los cineastas argentinos más
originales y prolíficos de la actualidad. Graduado en Letras en la
UBA y luego formado en la ENERC, el director estrenó su primera
película en 2001, un documental sobre el escritor Leopoldo Marechal
(2001), y un año después sorprendió con Donde cae el sol, una
humilde y cálida ficción protagonizada por Alfonso de Grazia (en su
última aparición en el cine). Pero fue en 2006, cuando presentó
en el Bafici su film El árbol, cuando Fontán empezó a gestar ese
sello tan personal que hoy lo define, con un cine
poético-experimental que ensaya nuevas posibilidades expresivas en
cada nuevo proyecto.
Desde este viernes 13 de junio el
Palais de Glace presenta “Hasta la memoria siempre: Jorge Cedrón”,
una retrospectiva integral dedicada a uno de los cineastas
fundamentales del cine político argentino. Esta muestra es posible
gracias al trabajo de búsqueda y restauración realizada
principalmente por Lucía Cedrón, hija del cineasta fallecido, y por
Fernando Martín Peña, quien hace unos años publicó el libro “El
cine quema: Jorge 'El Tigre' Cedrón”. Luego de ser exhibida en
el último Festival de Cine de Mar del Plata, la retrospectiva llega
ahora a Buenos Aires e incluye películas recuperadas como El
habilitado (1970), Por los senderos del Libertador (1971), Resistir,
que hizo por encargo de Montoneros en 1978, y Gotán (1979), que
Cedrón realizó un año antes de morir en París en circunstancias
aún no fueron esclarecidas.
El British Arts Center (BAC) programó
un ciclo dedicado a películas basadas en novelas del siglo XX
caracterizadas por su narrativa gótica. Como informa la gacetilla
del ciclo, las novelas góticas propiamente dichas fueron escritas
en Inglaterra entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, en
pleno Romanticismo, por autores como Horace
Walpole, M. G. Lewis y Anna Radcliffle. Quien se destacó por
continuar la novela gótica en el siglo XX fue la británica Daphne
Du Maurier, cuya novela “Rebeca” (1938) retomó la esencia de
este género: la mansión antigua, la heroína ingenua, el marido
ambiguo y un ambiente siniestro visitado por fantasmas. El éxito de
“Rebeca” provocó que otras escritoras de policiales (Agatha
Christie, Ethel Lina White, Josephine Tey) también se animaran a
transitar el género. Fueron novelas que resultaron muy atractivas para su transposición al cine.