domingo, 22 de diciembre de 2013

Desde un ángulo desconocido

 

"¿Alguna vez has visto una foto de ti mismo que alguien te tomó sin que te dieras cuenta? Desde un ángulo que no ves cuando te miras al espejo. Y piensas: Esa soy yo... esa también soy yo."

India (Mia Wasikowska)
en el film Lazos perversos (Stoker), de Park Chan-wook

3 comentarios:

Blanca Santome dijo...

Que peli Caro!
La vi hace un par de meses y debo volver a verla porque todavía no resolví bien que opinión me quedo al respecto.Sin duda intensa de principio a fin.

Caro dijo...

Blanca,

Yo vi “Stoker” hace relativamente poco, y tampoco creo tener una opinión cerrada. No es fácil pararse frente a esa red de patologías.

El director es demasiado manierista, y al principio sentí que esa belleza fría tan “buscada” terminaría ahogando la película. Pero luego me permití fluir, un poco como me viene sucediendo con el último Malick: hay que dejarse llevar por la fragmentación y la cámara flotante, una gramática exigente que puede regalar destellos muy lúcidos. Y la verdad es que Park Chan-wook orquesta como pocos todas las variables del montaje (el paralelo, el metafórico, el rítmico, todos!) y sabe detenerse un paso antes de la saturación (como ejemplo de montaje abrumador y redundante siempre se me viene a la mente “Requiem for a dream”, de Aronofsky).

La historia en sí no es novedosa, y el título de estreno local ya anticipa mucho de lo que vamos a ver. (SPOILER a continuación) Sin embargo, hay dos o tres escenas muy logradas en esa fusión de erotismo y perversión... a una de ellas pertenecen los planos que ilustran el post. Sí, hemos visto miles de historias de psicópatas, desde la sutileza que puede tejer un Hitchcock hasta el trazo grueso del terror y sus "serial killers". Pero acá el director busca ir al núcleo vivencial de ese horror, sin explicaciones, y contar cómo funciona esa cabeza enferma. ¿Cómo se excita un perverso? No recuerdo muchas películas en donde esto se muestre con tanta intensidad y siniestra precisión como lo hace “Stoker” en la escena en donde la chica se excita al recordar cómo su tío mató al amigo en el bosque.

Saludos y gracias por tu comentario.

Blanca Santome dijo...

Haciendo repaso a medida que leo tu comentario no puedo dejar de revivir la película y coincidir con vos, el montaje es exquisito, nadie puede negarlo.
Quizás el hecho de exponer la psiquis perversa de forma tan clara y sin miramientos es lo que saca nuestros prejuicios a flote y nos enfrenta con la película, pero el trabajo logrado es alucinante, ya sea que no nos cierre, nos fascine o la detestemos.