domingo, 23 de agosto de 2009

Rostros

“No hay nada en el mundo que pueda compararse con un rostro humano. Es una tierra que uno no se cansa jamás de explorar, un paisaje (ya sea árido o apacible) de una belleza única. No hay experiencia más noble, en un estudio, que la de constatar cómo la expresión de un rostro sensible, bajo la fuerza misteriosa de la inspiración, se anima desde el interior y se transforma en poesía”.

Carl Theodor Dreyer


En la imagen: Maria Falconetti, protagonista de La pasión de Juana de Arco (La passion de Jeanne d'Arc, 1928), obra maestra del director danés.

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