jueves, 30 de abril de 2015

Ciclo en la sala Lugones: Grandes cineastas contemporáneos

Desde el sábado 2 al jueves 14 de mayo en la sala Leopoldo Lugones se desarrollará un ciclo que reúne a algunos de los más notables directores contemporáneos, en una selección que permite constatar la diversidad de estéticas que hoy conviven en el escenario del cine mundial. 

Podrán verse películas excelentes de Marco Bellocchio, Abbas Kiarostami, Jafar Panahi, Naomi Kawase, Bruno Dumont, Radu Muntean, Agnès Varda, los  hermanos Dardenne y Corneliu Porumboiu, entre otros, y lo interesante es que las proyecciones se realizarán en 35mm, gracias a la colaboración de las distribuidoras CDI Films y Zeta Films. 

Programación: 

Sábado 2: Entre la fe y la pasión (Hadewijch), de Bruno Dumont (Francia, 2009)
A las 18 y 21

Domingo 3: Aquel martes después de Navidad, de Radu Muntean (Rumania, 2010)
A las 17, 19.30 y 22

Lunes 4: Copia certificada, de Abbas Kiarostami (Francia/Italia/Bélgica, 2010)

A las 17, 19.30 y 22

Martes 5: Vincere, de Marco Bellocchio (Italia/Francia, 2009)
A las 18 y 21

Miércoles 6: Jardines de otoño, de Otar Iosseliani Francia/Italia/Rusia, 2006)
A las 18 y 21 horas

Jueves 7: Las playas de Agnès, de Agnès Varda (Francia, 2008)

A las 17, 19:30 y 22

Viernes 8: Aquel querido mes de agosto, de Miguel Gomes (Portugal, 2008)

A las 18 y 21 horas

Sábado 9: Rosetta, de Jean Pierre y Juc Dardenne (Bélgica/Francia, 1999)
A las 17, 19:30 y 22

Domingo 10: Bucarest 12:08, de Corneliu Porumboiu (Rumania, 2006)
A las 17, 19.30 y 22


Lunes 11: No hay función.

Martes 12: El globo blanco, de Jafar Panahi (Irán, 1995)

A las 17, 19.30 y 22

Miércoles 13: Betty Fisher, de Claude Miller (Francia/Canadá, 2001)
A las 17, 19.30 y 22

Jueves 14: Shara, de Naomi Kawase (Japón, 2003)
A las 17, 19:30 y 22

El ciclo se desarrolla en la sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530) - La entrada tiene un valor de 25 pesos (15 para estudiantes y jubilados que tengan credencial del complejo).

Para más detalles sobre el ciclo y las películas, consultar el sitio web del teatro.

martes, 28 de abril de 2015

Bafici 2015 - De Caligari a Hitler / Llamas de nitrato


De Caligari a Hitler (Von Caligari zu Hitler: Das deutsche Kino im Zeitalter der Massen / Alemania - 2014)
Dirección: Rüdiger Suchsland
Sección: Historia secreta del cine de Weimar
Llamas de nitrato (Argentina/Noruega - 2015)
Dirección: Mirko Stopar
Sección: Panorama

Dentro de un Bafici que fue particularmente generoso en documentales vinculados al cine (como La sombra, That guy Dick Miller, Un importante preestreno, Une jeunesse allemande, todos buenos o muy buenos), De Caligari a Hitler fue la película que más se aproximó a la idea que uno puede tener de una "clase de cine", una exposición didáctica -y por momentos apasionante- ofrecida por un orador dinámico y entrenado a la hora de calibrar las cuotas adecuadas de información, citas de autoridad, teoría y ejemplos visuales reveladores. El título del film remite al famoso libro de Sigfried Kracauer publicado en 1947 sobre las películas producidas en los inicios del siglo XX y durante la República de Weimar, pero el trabajo de Rüdiger Suchsland no se limita a ser sólo una ilustración de las hipótesis del gran teórico alemán (quien, esencialmente, se abocó a analizar las metáforas políticas que desde la pantalla sugerían el tránsito hacia el nazismo): además de las necesarias lecturas sociológicas, a Suchsland le interesa rescatar esta época por la riqueza de su lenguaje fílmico, por sus genuinas exploraciones en el plano de la enunciación, apartándose de los muy extendidos reduccionismos que suelen definir este cine sólo por la “iluminación con claroscuros” y los “decorados distorsionados”.

En un ensayo publicado en 1936, Erwin Panofsky escribió que “un intento por someter al mundo a una estilización previa, como en los escenarios expresionistas de El gabinete del Doctor Caligari (Robert Wiene, 1919), no podía pasar de ser un experimento estimulante capaz de ejercer muy poca influencia sobre el curso general de los acontecimientos.” Tal como sucedió con otros pensadores de la estética fascinados con el invento de los Lumière, el genial Panofsky quiso identificar cuáles eran los mecanismos expresivos específicos de este nuevo medio: según él, la creación propia de este arte joven, el estilo auténticamente cinematográfico, debía nacer de las manipulaciones que la cámara y el montaje pudieran efectuar sobre lo real, ya que “estilizar previamente la realidad antes de abordarla” era una manera de esquivar la cuestión. O sea: pintar telones de fondo para luego filmarlos no era la forma de hacer avanzar la gramática del cine. Si nos acotamos al film de Wiene (“el único film absolutamente expresionista”, según Lotte Eisner), el diagnóstico de Panofsky hoy podría resultar acertado; ahora, si lo leemos como una síntesis de un fenómeno histórico y estético en su conjunto, entonces entramos en el terreno de la vulgarización, y este es el problema que la investigación de Suschland viene a discutir.

Más de cuarenta películas aparecen mencionadas en el documental, y sin embargo muchos críticos le reprocharon la ausencia de ciertos títulos, géneros o actores fundamentales de aquel período, como si no estuviera clarísimo que el director recortó con total conciencia un corpus particular que invita a activar el descubrimiento en lugar de insistir sobre lo ya legimitado. Por eso, además de nombrar algunos títulos ineludibles como M, el vampiro negro, Dr. Mabuse o Berlín, sinfonía de una ciudad, el film destina un tiempo a otras películas menos conocidas que sorprenden por su notable edición y sus hallazgos visuales, como es el caso de Nerven (1919), de Herr Reinert, Un sueño rubio (1931), de Paul Martin, y Gente en domingo (1930), dirigida entre otros por Robert Siodmak, Fred Zinnemann y Edgar G. Ulmer, quienes luego emigrarían a Estados Unidos para consagrarse definitivamente en Hollywood. Como decía en el párrafo anterior, el documental confirma que en Weimar existieron verdaderos creadores de estilo que trascendieron la rigidez de Caligari y del expresionismo. Lo paradójico es que para reivindicar a esos pioneros hoy deba apelarse a formas de la enunciación que recién quedarían cristalizadas años después. El mejor ejemplo lo aporta el análisis dedicado al trabajo de la cámara en una escena de La señorita Else (1929), de Paul Czinner, en donde vemos cómo un travelling prolongado y sutil conjuga los trayectos de dos personajes que se buscan y a la vez se evitan dentro de una fiesta, “un ballet de miradas -señala la locución en off- que parece haber sido filmado por Antonioni”. 

Dato curioso: los célebres decorados de Caligari fueron diseñados por Hermann Warm, quien también fue responsable de ese rubro en la carísima producción de La passion de Jeanne d'Arc, de Carl T. Dreyer, película que no pasó a la historia precisamente por sus escenarios sino por la potencia de los primerísimos primeros planos de los rostros de los actores, especialmente de la protagonista, María Falconetti. Llamas de nitrato intenta rastrear los misteriosos pasos de esta actriz francesa que un día de 1946 murió en Buenos Aires. La película tiene en su centro a un fantasma, pues casi no han quedado registros de ella más allá de su mítica interpretación de la guerrera de Orleans. "El desafío fue hacer un film de archivo... sin archivo", dijo el director Mirko Stopar en un diálogo con el público, y señaló: "Nunca fue un motivo explicar a Falconetti, y quizás ahora la conozco menos". A pesar de presentar un derroche de orfandades, frustraciones, humillaciones, embarazos no deseados, destierros, incendios varios, encierros en manicomios e irremontables fracasos, Llamas de nitrato logra fluir ante el espectador con un encanto singular provocado por la naturaleza ligeramente embaucadora de muchas de sus imágenes. Al principio creí estar frente a filmaciones caseras de la vida privada real de la actriz en los años '20, de la misma manera en que luego quise comprar con total ingenuidad una serie de capturas que simulaban un making of del rodaje de Dreyer, aunque claramente se trataba de recreaciones modeladas con los tonos y cadencias de los registros de la época. El recurso de la recreación o dramatización, que en muchos documentales biográficos se aplica aun cuando tiende a lucir un tanto tosco, aquí no sólo se ensambla a la perfección sino que además le imprime al relato un aura de inesperada belleza, debido a que seguramente el director sintió mayor libertad al no verse obligado a darle carnadura verídica al personaje, como si la necesidad de las pruebas certeras quedara relegada por el sustrato mucho más tentador de la leyenda. Debajo de muchas capas, entre el parpadeo de los recuerdos y las cenizas de celuloide, Falconetti respira como pura virtualidad, una silueta para siempre evanescente, un centelleo sólo capaz de materializarse en el martirio de Juana y en la desolación abismal de sus ojos estallados. 

lunes, 27 de abril de 2015

Se estrena Casa Vampiro


Con el título Casa Vampiro, este jueves llega a los cines What we do in the shadows, una película inteligente, divertidísima, quizás la gran comedia de este año, dirigida por los neozelandeses Taika Waititi y Jamaine Clement. Pueden leer una reseña en este post

miércoles, 22 de abril de 2015

Bafici 2015 - Walsh entre todos


Walsh entre todos (Argentina - 2015) 
Dirección: Carmen Guarini 
Sección: Panorama / Derechos Humanos 

Lejos de ciertas tendencias -desde la contemplación sosegada a la pulsión exhibicionista del yo del autor- que han marcado a muchos documentalistas en los últimos años, el cine de Carmen Guarini todavía apuesta por ese clasicismo riguroso que elige privilegiar la claridad de los contenidos por sobre la estilización del registro, una mirada convencida de que la cámara no debe ser otra cosa que un canal, un intermediario discreto pero a la vez indispensable para que el cuerpo y la voz del otro puedan realmente aparecer y afincarse. En su nuevo trabajo, la realizadora presenta la crónica de un proyecto de arte colectivo iniciado en 2010 por la agrupación Arte-Memoria, liderada por el pintor Jorge González Perrín. El grupo se dedica a retratar a las víctimas del terrorismo de Estado: interviene las fotografías de los desaparecidos y las expande colmándolas de color, iluminaciones y líneas expresivas. Muy pronto uno empieza a intuir que tal vez no exista otro film relacionado con el genocidio de la dictadura que se anime a ser tan entusiasta y abiertamente colorido como lo es Walsh entre todos

“La violencia desatada sobre estos seres está demasiado representada”, dice uno de los textos escritos por Perrín que cada tanto se leen en la película. El pintor teme que el peso de esta violencia, con toda la oscuridad paralizante que viene asociada a las imágenes del horror, pueda resultar funcional a un sistema al que le conviene que esa estampa congelada y plomiza perdure como una amenaza permanente. Por eso su objetivo es cuestionar esas formas de representación para combatir el olvido desde otro lugar. “Ponerle color es actualizar la memoria”, afirma el artista plástico durante un encuentro con Estela de Carlotto. 

La película expone básicamente dos técnicas o ejercicios de creación colectiva. Uno de ellos se apoya en la técnica de la cuadrícula, que le permite a diversas personas -aun si no están entrenadas con el pincel- colaborar en la construcción de un mural. Esto ocurrió en 2012 en una convocatoria realizada en la Avenida 9 de Julio, en la que cada participante pintó con los tonos asignados una pieza tipo azulejo que luego pasaría a integrar un burbujeante mosaico con el rostro de Rodolfo Walsh. 

La otra experiencia fue denominada “30.000 homenajes” y exhibida durante la manifestación del 24 de marzo de 2013. Decenas de pancartas fueron compuestas exclusivamente con pequeños cuadrados pegados uno al lado del otro, diseñados y enviados por personas de todo el país. La idea fue que cada pieza rindiera homenaje a una víctima a partir de recursos y motivos visuales absolutamente libres. Para Perrín era importante que la catástrofe pudiera dimensionarse de manera numérica, por eso aspiraron a reunir treinta mil cuadraditos (aunque terminaron recibiendo más). Insistir en el número, en la cifra, implica seguir luchando contra todos los discursos aún vigentes que pretenden relativizarla. Y por aquí pasa uno de los aspectos más interesantes del documental: más allá del valor estético intrínseco que puedan contener las pancartas, hay un efecto realmente abrumador que surge al constatar la enorme cantidad de piezas enlazadas, con toda la contundencia de cada una de ellas en su autonomía y materialidad. La cifra es la que define el tamaño de esta obra colectiva: mientras los bombos y la murga imponen su enérgico ritmo, las pancartas desfilan y uno se siente tan feliz como anonadado frente a todos esos cuadraditos vigorosos que vibran y se multiplican al infinito para que a la memoria nunca se le escape la verdadera magnitud de la masacre.

viernes, 17 de abril de 2015

Bafici 2015 - Le meraviglie


Le meraviglie (Italia/Alemania/Suiza - 2014) 
Dirección: Alice Rohrwacher 
Sección: Panorama 

Federico Fellini solía mostrarse fastidioso cuando lo interrogaban acerca de sus creencias religiosas. Decía que el catolicismo era una parte constitutiva de su ser en el mundo, algo que preexistía al nacimiento de todos los italianos, más allá de las críticas que él pudiera formular desde su obra. “No puedo huir de esa bolsa amniótica que es el catolicismo. ¿Cómo se hace para decir que uno no es católico, cómo puede uno liberarse de una visión de las cosas que dura desde hace dos mil años?”, respondió una vez Fellini cuando le preguntaron si creía en Dios. La cuestión de Dios escapaba a su control. Lo excedía, así como a nosotros nos excede el cine. La lisa y llana devoción por las películas. Crecimos con el cine, aprendimos de él y continuamente reclamamos su cobijo. Los más fieles sabemos que no podríamos soportar lo cotidiano si no tuviéramos siempre a mano la chance de salir corriendo para sumarnos a la ronda eterna del final de Ocho y medio. Y aunque veneramos a muchos cineastas-dioses, si en este preciso instante tuviera que quedarme con uno solo, pues no sería muy difícil elegir. 

Por algunas de estas zonas un tanto aleatorias me llevó Le meraviglie. ¿Cómo narrar de forma novedosa las historias que la pantalla ya contó muchas veces? Alice Rohrwacher es italiana, es hija del cine y decidió hacer películas bajo nubes posmodernas. ¿Cuántos relatos de iniciación podemos resistir? ¿Cómo volver sobre la propia infancia sin pensar en los niños visionarios de Fellini? ¿Y cómo poner de personaje a un padre apicultor sin que todo se tiña de El espíritu de la colmena, quizás el film coming of age por excelencia? No hay salida, parecería sugerir Rohrwacher , pues todos nos mecemos en el mismo líquido cinéfilo, el mismo cuenco de imágenes, influjos y repiqueteos. Mejor asumirlo desde el vamos, entonces: hagamos que la protagonista se llame Gelsomina y listo, pasemos a otra cosa, a ver si en el camino se produce el milagro de lo auténtico. Le meraviglie lo intenta. Y lo consigue.

Heredera de aquel neorrealismo "surrealizante" que tan bien supo bordar el creador de La strada, Le meraviglie es una película refulgente y vitalista por donde se la mire, con una actriz adolescente formidable (Maria Alexandra Lungu) capaz de guardar mil sorpresas detrás de cada nuevo parpadeo. Gelsomina tiene un papá hippie (o algo similar) que se llevó a su familia a una casa cerca del mar para moldear un hábitat supuestamente menos contaminado por las convenciones modernas. Pero esto no implica que en la comunidad la libertad esté garantizada. La familia se dedica a la producción de miel, y es Gelsomina quien se encarga tanto de la recolección de los panales como del trabajo en la fábrica, acatando las normas rígidamente impuestas por el padre. Sin embargo, ella no se queja. Actúa. Lo suyo es puro exceso de vida, puras ganas testarudas, desbordadas, derramadas. Y así como a la pequeña Ana, en el film de Víctor Erice, se le abría el universo entero cuando descubría el cine, en Le meraviglie Gelsomina entrena su magia motivada por un concurso televisivo, un reality rústico y bastante kitsch en el que ella logra exponer lo que sabe hacer. Su obra. Y eso es lo único que importa. No se trata de rechazar lo masivo por simple pánico o capricho, como pretende el padre (¿hippie?), sino de preguntarnos cómo filtramos y traducimos todos esos estímulos diversos y contradictorios que el mundo nos regala. 

Estamos hechos de cine, sí, y de televisión también. Estamos colmados de imágenes fabricadas. Pero no hay nada que pueda reemplazar al valor de la experiencia directa en un momento trascendental (y acá hablo de la vida, no de la ficción): eso es lo que esta película viene a celebrar. Lo maravilloso del trabajo de Rohrwacher se manifiesta especialmente en una de las últimas secuencias, cuando la protagonista se lanza al mar, sola, para buscar al muchachito alemán que huyó de la comunidad. Cuando llega a la cueva en donde él se escondía, ambos se ponen a saltar, o a bailar quizás. Nosotros apenas los vemos, porque el encuadre nos deja marcadamente afuera de ese encuentro fundacional y sólo alcanzamos a atisbar pedacitos de sus cuerpos, fugaces resplandores, sombras en la pared. Es una imagen que no está. Porque es una imagen única, irrepetible, inalienable. Le pertenece a Gelsomina y a nadie más, de la misma forma en que sólo Ana Torrent podía saber qué veía cuando cerraba los ojos en el final de El espíritu de la colmena. “Lo que debería realmente interesarnos -alertaba Fellini- es cómo hacen algunas personas para conseguir salvar su individualidad”. Con sutileza y absoluta humildad, Le meraviglie nos recuerda una vez más que la única salvación posible radica en aprender a imaginar.


Las dos citas de Fellini pertenecen respectivamente a los libros Yo, Fellini y Hacer una película (Ed. Perfil Libros). 

miércoles, 8 de abril de 2015

Nueva edición de Les Avant Premières

Mañana comienza la séptima edición de Les Avant-Premiéres, el ciclo que cada año exhibe lo mejor de las últimas producciones realizadas en Francia, con una selección de pre-estrenos y películas inéditas dirigidas por algunos de los más importantes cineastas contemporáneos. Esta edición incluye nada menos que los nombres de Roman Polanski, Michel Gondry, François Ozon, Bertrand Bonello, Marion Vernoux, Benoit Jacquot, los hermanos Dardenne, Mia Hansen Love y André Techiné, entre otros. La muestra se desarrollará en el complejo Cinemark Palermo (Bulnes y Beruti), del 9 al 15 de abril. La entrada general tiene un valor de 58 pesos. 

Programación:

Eden, de Mia Hansen Love 
Deux jours, une nuit, de Jean-Pierre y Luc Dardenne 
L'ecume des jours, de Michel Gondry 
La vénus a la fourrure, de Roman Polanski 
La chambre bleue, de Mathieu Amalric 
Trois coeurs, de Benoit Jacquot 
Barbecue, de Eric Lavaine 
Un chateau en Italie, de Valeria Bruni Tedeschi 
Les beaux jours, de Marion Vernoux 
Tu veux ou tu veux pas, de Tonie Marshall 
Saint Laurent, de Bertrand Bonello 
Une nouvelle amie, de François Ozon 
Les yeux jaunes des crocodiles, de Cécile Telerman 
Les combattants, de Thomas Cailley 
L'homme qu'on aimait trop, de André Téchiné 
Party Girl, de Marie Amachoukeli, Claire Burger y Samuel Theisque 

Para consultar la grilla de programación y más detalles sobre las películas, pueden visitar la página oficial de Les Avant-Premières: www.cine-frances.com

lunes, 6 de abril de 2015

Simpleza


Claggart: ¿Es ignorancia o ironía lo que te hace hablar con tanta simpleza?

Billy Budd: Debe ser ignorancia, señor, porque a la otra palabra no la comprendo.
 

La escena es de Billy Budd (1962), excelente film dirigido por Peter Ustinov a partir de la obra de Herman Melville. En su primer rol protagónico en cine, Terence Stamp confirma que, más que un actor, es una bendición.

domingo, 5 de abril de 2015

Manoel


O cinema não é fácil
Porque a vida é complicada


Manoel de Oliveira
(1908 - 2015)


En la imagen: Belle Toujours

miércoles, 1 de abril de 2015

Claire Denis en la sala Lugones

Desde el lunes 6 al domingo 12 de abril, la sala Leopoldo Lugones dedicará un ciclo a realizadora francesa Claire Denis, una de las más notables cineastas de la actualidad. La muestra está integrada por siete películas: junto a algunos de sus largometrajes más celebrados (Bella tarea, Trouble Every Day, 35 Rhums), podrán verse algunos de sus primeros trabajos para la pantalla grande, desconocidos en Argentina. Las funciones se realizarán en el décimo piso del Complejo General San Martín (Av. Corrientes 1530). La entrada tiene un valor de 25 pesos (15 para estudiantes y jubilados). 

Programación: 

Lunes 6 
A quién le importa la muerte (S’en fout la mort; Francia/Alemania, 1990) 
A las 17, 19.30 y 22 horas 

Martes 7 
No tengo sueño (J’ai pas sommeil; Francia/Alemania/Suiza, 1994) 
A las 17, 19.30 y 22 horas 

Miércoles 8 
Bella Tarea (Beau travail; Francia, 1999) 
A las 17, 19.30 y 22 horas 

Jueves 9 
Trouble Every Day (Francia/Alemania/Japón, 2001) 
A las 17, 19.30 y 22 horas 

Viernes 10 
El intruso (L’intrus; Francia, 2004) 
A las 18 y 21 horas 

Sábado 11 
35 Rhums (Francia/Alemania, 2008) 
A las 17, 19.30 y 22 horas 

Domingo 12 
White Material (Francia/Camerún, 2009) 
A las 17, 19:30 y 22 horas 

Es importante tener en cuenta que la sala Lugones, que reabrió hace poco sus puertas luego de estar cerrada por refacciones durante más de un año, todavía no está funcionando de forma regular. Debido a que el Teatro San Martín se encuentra en obras, en los últimos días diversos factores llevaron a cancelar funciones del ciclo que actualmente se está desarrollando (dedicado a Seijun Suzuki). Esperemos que todo se normalice pronto, ya que luego de la muestra de Denis la sala tiene programadas varias funciones del Bafici. Mientras tanto, por las dudas, antes de armar un plan conviene consultar las últimas novedades en vía Twitter en: https://twitter.com/sala_lugones

Para más detalles sobre las películas, consultar la web del teatro.