miércoles, 24 de septiembre de 2008

Orfandad

"Toda vida es un pozo de soledad que va ahondándose con los años. Y yo, que vengo más que otros de la nada, a causa de mi orfandad, ya estaba advertido desde el principio contra esa apariencia de compañía que es una familia. Pero esa noche, mi soledad, ya grande, se volvió de golpe desmesurada, como si en ese pozo que se ahonda poco a poco, el fondo, brusco, hubiese cedido, dejándome caer en la negrura. Me acosté, desconsolado, en el suelo, y me puse a llorar. Ahora que estoy escribiendo, que el rasguido de mi pluma y los crujidos de mi silla son los únicos ruidos que suenan, nítidos, en la noche, que mi respiración inaudible y tranquila sostiene mi vida, que puedo ver mi mano, la mano ajada de un viejo, deslizándose de izquierda a derecha y dejando un reguero negro a la luz de la lámpara, me doy cuenta de que, recuerdo de un acontecimiento verdadero o imagen instantánea, sin pasado ni porvenir, forjada frescamente por un delirio apacible, esa criatura que llora en un mundo desconocido asiste, sin saberlo, a su propio nacimiento".

Juan José Saer - El Entenado

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola Carolina, te quiero hacer saber que todos los días abro tu blog para deleitarme con lo que en él expresas. Saer es uno de mis escritores entrañables. Tomé El Entenado de mi biblioteca y advierto que lo único que tengo subrayado es el fragmento que reprodujiste ¡ qué coincidencia !Te conocí a través de la radio y ahora trataré de seguirte por internet.

Anónimo dijo...

Bien Caro: tenemos varias coincidencias en lo que hace a los escritores argentinos. Saer y Tizón para mí, son los más.
Martha